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¿Vas a casa sólo para dormir?

Muchos de nosotros vivimos en barrios dormitorio, vecindarios a los que llegamos a dormir y bañarnos, ya que desarrollamos el resto de nuestras vidas en otros sectores de la ciudad. Algunos no tenemos o no conocemos otra opción.

La mayoría de las actuales comunidades dormitorio fueron construidas con la voluntad de ofrecer viviendas accesibles, alimentando el ideal de la «casa propia». La planificación de estas barriadas obvió la realización de otras actividades diarias importantes. Por lo tanto, para entretenerse, comprar enseres, estudiar o hacer mandados, sus residentes, casi siempre, deben trasladarse fuera del vecindario asistidos por un carro. 

Los siguientes ejemplos reales evidencian cómo este tipo de desarrollo residencial puede afectar nuestras vidas. 

“Desde que me caí no puedo salir de casa sola.”

Judith es una mujer de 75 años. Hasta hace muy poco podía movilizarse sin problema y gozaba de cierta autonomía. Vive en un barrio residencial localizado en Tumba Muerto donde la población de tercera edad es mayoría. El vecindario, construido en la década del 50, cuenta con un parque ubicado en la cima de una loma y una cancha de baloncesto que ya nadie usa. Alrededor encuentras un minisúper, un puesto de plantas y una panadería. La plaza comercial más cercana se localiza a 15 minutos de distancia en carro.

El año pasado Judith sufrió un accidente y desde entonces debe apoyarse en una andadera para poder caminar. Cito, “no hay nada cerca, así que me paso todo el día esperando a que alguien llegue y me lleve al súper o a pagar la luz”. A Judith le toca depender de sus familiares para hacer mandados, distraerse o ir al parque. No tanto por su actual condición, sino por la forma en la que su entorno fue previsto.

“Voy de la casa al trabajo y del trabajo a la casa.”

Juan trabaja como barbero en un salón situado en Costa del Este. Recientemente se mudó de El Cangrejo a un apartamento compartido en Parque Lefevre buscando vivir más cerca de su trabajo. “Desde entonces, estoy más aburrido que nunca”, afirmó. El estilo de vida de Juan cambió. Y aunque su nivel de estrés por llegar puntual al salón disminuyó, su calidad de vida empobreció. “Llego del trabajo y ya, no hay para dónde agarrar. Ni restaurantes hay”, continuó diciendo.

#LaQuinceSantaAna, en Santa Ana patrimonial, es un clúster de uso e ingresos mixtos cuyo 60% de apartamentos son de interés preferencial (hasta $120 mil). La Quince contará con un teatro, patios, áreas abiertas, escuela de música, galería de arte, locales comerciales, restaurantes, oficinas y espacios de coworking. Queda cerca de estaciones de transporte público y la Cinta Costera 3, y a pasos de parques, farmacias, plazas, restaurantes, bancos, almacenes e importantes avenidas de la ciudad.

Hay quienes prefieren vivir en sectores aislados de la actividad del centro de la ciudad. Pero existe un grupo importante de personas a quienes no les ha quedado otra opción que comprar o alquilar en las afueras, y en estos casos probablemente el factor determinante es el dinero. Las opciones residenciales dentro de vecindarios dormitorio tienden a ser más económicas que las disponibles aledañas al centro o entre comunidades más desarrolladas.  Estos son temas que considerar al momento de comprar tu vivienda.

Sin embargo, la mayoría de las veces, las personas que viven en barrios dormitorio ni trabajan ni desarrollan sus vidas en el área donde residen. Y, si bien es cierto logran adquirir una vivienda más asequible, pueden pagar un alto precio personal por ello: horas diarias invertidas en tráfico, menos momentos compartidos entre seres queridos, fatiga de sueño, casi nada de tiempo o energía para emprender proyectos personales o ejercitarse. Pareciera que en este estilo de vida el individuo desarrolla un papel secundario mientras que el automóvil, necesario para llegar a todas partes, resalta como actor principal.

En mayo de 2019 La Galería Inmobiliaria, empresa internacional especializada en efectuar estudios de mercado inmobiliarios, reportó que el 70% de la actividad económica de la ciudad de Panamá se concentra en su centro, mas sólo el 2.6% de las opciones de viviendas asequibles (por debajo de $120 mil) se localizan ahí. 

Este fenómeno no es exclusivo de Panamá. Ya en 1979 el periódico español El País publicaba artículos al respecto. Y según un informe de 2018 difundido en el sitio web centrourbano.com, el 72% de la población mexicana vive en ciudades dormitorio, situación que ha maximizado la marginación social en aquel país.

Hace poco alguien compartió en Twitter que por primera vez en muchos años había desayunado junto a su familia tras la inauguración de la segunda línea del metro. Avances como éstos son gigantescos pasos en cierto hacia la mejoría de nuestra calidad de vida. Pero todavía hace falta planificar más barrios mixtos que sirvan múltiples propósitos, y cuya accesibilidad no dependa de automóviles, de forma tal que funcionen sostenible e independientemente de las zonas más densas. Por su parte, la gestión pública y la empresa privada debemos facilitar más y mejores opciones de viviendas asequibles en los sectores que ya han sido desarrollados.

Conoce el tipo de comunidad que desarrollamos